MEDITA EN ESTOS VERSÍCULOS Y CONFÍA. ¡RECUERDA QUE NO ESTÁS SOLO!
NO ESTÁS SOLO

¡A qué te anima saber que cuentas con la presencia de Dios! No solo eso, ten la certeza de que en medio de las luchas, Dios no se esconde sino que va delante de ti, luchando por ti y junto a ti.
